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domingo, 28 de febrero de 2010

Análisis Bioshock 2


Renacer en Rapture


    Allá por el año 2007, varias empresas desarrolladoras, bajo el sello de 2KGames, nos sorprendieron con una historia vibrante, unos gráficos espeluznantes y una jugabilidad tremenda, que conformaban bajo mi punto de vista, uno de los mejores shooters de la actual generación.

    Tres años después, llega para nuestras plataformas su tan esperada secuela, en la que tomaremos el papel de un poderoso “Big Daddy”. Con la Taladradora repletita de combustible veamos si la vuelta a Rapture ha sido tan satisfactoria como esperábamos.     


    El título se desarrolla diez años después de los hechos acontecidos en el primer juego. Con Andrew Ryan muerto, la ciudad ahora es gobernada por Sophia Lamb, una psiquiatra con ideología radicalmente opuesta a la de su predecesor al poder. El colectivismo por el que aboga la doctora, ha conseguido crear una especie de fanatismo religioso entre los habitantes de Rapture, los cuales la adoran como si fuera una diosa.

    De esta manera, nos ponemos en la piel del primer “Big Daddy” creado, que renace de una manera especial en Rapture, con el objetivo de encontrar a una Little Sister  llamada Eleanor, ahora ya convertida en toda una mujer.

    Cabe decir que en éste título se dan por sabidos todos los hechos acontecidos en su predecesor, por lo que es más que recomendable jugar al primero previamente para conocer toda la historia. El argumento se desarrolla de la misma forma que antaño, narrativa visual a través de comunicaciones por radio y pequeñas grabaciones dispersas por la ciudad, se unen poco a poco para desentrañar la nueva historia que nos quiere contar la ciudad sumergida.

    Gráficamente es todo un deleite visual, tanto en ambientación como en calidad técnica. Bioshock 2 utiliza el mismo motor que en su anterior entrega (Unreal 3 Engine), pero mejorando muchos aspectos. Se han pulido muchas texturas evitando que se produzcan aquellas molestas pixelaciones que se podían observar en el primero al acercarnos a determinados objetos. El agua vuelve a ser un gran protagonista en lo que apartado gráfico se refiere, se puede observar que los efectos del líquido elemento vuelven a tener una calidad excelente que casi roza la perfección, aderezado por supuesto, con los nuevos paseos bajo el agua, introducidos en esta entrega como novedad y muy conseguidos en su ejecución. Por otra parte, si  que se observa que no se ha pulido del todo la carga de texturas, observando en determinadas ocasiones, como los modelados se van generando “capa a capa”; por suerte, esto no sucede muy a menudo.

    La ambientación es soberbia, los chicos de 2KGames nos han mostrado nuevamente, una ciudad apocalíptica, con detalles que la hacen en muchas ocasiones espeluznante. Grandes efectos de iluminación se observan a lo largo de la aventura, tanto estáticos, como los mostrados por la linterna, o al utilizar determinados plásmidos.

    Todos estos detalles se aúnan para crear una ambientación excelente, que por supuesto se une a la gran calidad sonora que ostenta el título. Temas de la época resuenan tras las paredes de Rapture, y en las pantallas de carga. También han sido reciclados temas de violín que ya escuchamos en su título anterior, muy presentes en las escenas más dramáticas, así como temas nuevos de cosecha propia que brillan en determinadas escenas de acción. Pero aunque el repertorio es bastante amplio, en muchas ocasiones pasearemos por Rapture sin sonido de ambiente alguno, como ya sucedía en el primer título.

    Los efectos sonoros también han sido muy cuidados, las armas y los plásmidos suenan de manera brillante, y los impactos a objetos presentan efectos muy cuidados y realistas. También cabe destacar el doblaje, brillante como la primera entrega, encontraremos voces conocidas en todas las conversaciones del juego, y por supuesto, se repiten actores del primer título, representando a sus antiguos personajes.

    La jugabilidad a priori, presenta el mismo esquema que antaño, pero con algunas diferencias que modifican sensiblemente la experiencia. La primera que encontramos es la posibilidad de usar armas de fuego y plásmidos a la vez, evitándonos los molestos cambios entre ambos sistemas que ya observábamos en su predecesor.  Todo el plantel de armas ha sido modificado, el nuevo aspecto de las armas es bastante peculiar y original; no faltarán tampoco diferentes tipos de munición en cada arma para adaptarnos a las diferentes situaciones que se nos presentan. Los plásmidos son exactamente los mismos que en la primera entrega, pero con diferencias, ahora la adquisición de versiones mejoradas de los mismos (con el consecuente gasto de ADAM), nos proporcionará diversos cambios, como por ejemplo la posibilidad de realizar disparos cargados que aumentan la potencia del proyectil, o disparos en ráfagas, que acabarán rápidamente con un buen número de splicers, mientras vemos como nuestra reserva de EVE merma a la velocidad de la luz. No obstante se han incluido nuevos plásmidos, como por ejemplo espía, que nos permite estudiar una determinada zona sin peligro;  teletransporte, que nos permitirá volver locos a nuestros enemigos; y un nuevo plásmido del cual no desvelaremos absolutamente nada.

    El plantel de tónicos genéticos también ha sido modificado, se ha eliminado de un plumazo la diferencia entre los distintos tipos para conformar una única parrilla de ranuras, donde nos equiparemos con lo que más nos convenga en cada momento. Nuevos tónicos se unen al elenco ya disponible en su predecesor, para configurar a nuestro personaje al gusto.

    Los enemigos de esta entrega son los mismos que ya vimos en Bioshock, con algunos nuevos fichajes. A los Splicers clásicos, se les une “el bruto”, un nuevo enemigo que arremeterá contra nosotros cual toro de Miura, y nos lanzará cualquier cosa que pille por el mapeado. A Gorila y Rose, nuestros clásicos Big Daddies, se le une Rumbler, un nuevo tipo de escafandra que basará sus ataques en disparos, y lanzamiento de minitorretas para cosernos a balazos. También cabe mencionar a la Big Sister, un grito ensordecedor nos avisará de su presencia, y contaremos con un corto periodo de tiempo para armarnos hasta los dientes o jurar en arameo, puesto que este nuevo tipo de personaje, combina la fuerza de un Big Daddy, con una agilidad tremenda que la permitirá dar saltos imposibles y un buen repertorio de plásmidos. Este angelito,  nos atacará desde todos los lados, con una enorme aguja de ADAM, o utilizando los plásmidos que más le convengan en cada momento.

    Hay que destacar que la IA ha sido bastante mejorada, los splicers nos atacarán en grupo con todo el arsenal que dispongan; se esconden, se parapetan, nos rodean, y sin comerlo ni beberlo recibimos un leñazo por la espalda con una barra de hierro.

    La dificultad del juego ha sido aumentada sensiblemente, por lo que para hacer nuestro paseo más liviano, deberemos hacer uso nuevamente de una cámara de investigación genética, cambiada en esta entrega, por una cámara de video. No faltarán las máquinas expendedoras repartidas por Rapture, que nos permitirán desembolsar unos pocos dólares, para comprar munición o mejoras genéticas como si de chocolatinas se tratase. Como habréis adivinado los veteranos, tanto éstas máquinas, como cámaras de vigilancia y bots, podrán ser pirateados para nuestro propio beneficio, ésta vez con un minijuego mucho más rápido y sencillo que el homólogo de “pipe-manía” que ya vimos anteriormente, lo que nos ahorrará mucho tiempo en nuestros pirateos. También cabe destacar, un arma que nos permitirá piratear automáticamente y a distancia, que resultará muy útil sobre todo en los últimos compases del juego.

    El producto genético que nos permitirá evolucionar, escasea bastante en esta nueva entrega, y la forma de conseguirlo es mucho más complicada. Tras separar a una Little sister de su defensor, deberemos cargarla al hombro para buscar cuerpos repletitos de ADAM, mientras ella se dedica a la tarea, deberemos defenderla a golpe de taladradora y plásmidos, de una ingente cantidad de splicers que aparecerán de todos los rincones del escenario para usurparnos a la niña. Una vez terminada la recolección, la llevaremos a una toma de aire que tanto les gusta, y allí decidiremos qué hacer con ella, salvarla o recolectarla, creo que no tengo que explicar, cual de las dos opciones nos proporcionará más ADAM.

    Pero ésta no es la única decisión moral que nos espera en Rapture, en determinadas situaciones que nos muestra el desarrollo de la historia, deberemos elegir entre dos caminos bien diferenciados, dando lugar a la friolera de seis finales diferentes, afectados por supuesto, por las decisiones tomadas. Como puntos negativos, cabe decir que el juego es algo más corto que el primero, y que aunque los diferentes niveles son lo suficientemente vastos y laberínticos, como para que nos pasemos bastante tiempo explorando, nunca podremos volver atrás, por lo que si hemos olvidado algún objeto importante, deberemos buscarlo en una nueva partida.

    Como gran novedad se introduce el modo multijugador, ambientado como ya sabíamos, en los hechos acontecidos antes  guerra civil sucedida en Rapture. En este caso nos ponemos en la piel de splicers, encargados de probar las armas de Sinclair Solutions. Según nos hacemos más expertos en el juego online, ganaremos experiencia y aumentaremos de nivel, lo que nos proporcionará nuevas armas, plásmidos y tónicos genéticos disponibles para nuestro personaje.

    Los modos de juego, aunque soberbiamente ambientados, repiten esquemas de otros shooters. La ley del más fuerte (un todos contra todos de toda la vida), Guerra civil, (batallas por equipos), Captura a la Little sister  (¿Capturar la Bandera?), Control territorial (Rey de la colina), Último splicer en pie (Supervivencia por equipos), Toma de ADAM (recolectar ADAM y no morir en el intento) y Toma de ADAM por equipos.

   En conclusión,  Bioshock 2 lo tenía muy complicado, la grandeza del primero creó  una sombra muy difícil de superar, por lo que todo lo que rodea a este utópico universo, no nos ha sorprendido como ya lo hizo su predecesor. Volvimos a Rapture con muchas ganas, y aunque no llega al nivel de Bioshock,  terminamos más que satisfechos con una decente y más que digna  secuela de un grande. Ambientación sublime, historia atrayente y jugabilidad exquisita, se aúnan para crear una gran obra que deberá ocupar las estanterías de los jugadores más exigentes.        
    
“El hombre elige, el esclavo obedece”

Valoración final: 

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