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miércoles, 17 de febrero de 2010

Análisis Tales of Symphonia Dawn of the New World

"Un nuevo viaje para la regeneración del mundo"


[ATENCIÓN: CONTIENE SPOILERS DEL JUEGO ORIGINAL]

Han pasado dos años desde que Lloyd Irving, acompañado de otros 8 amigos, consiguiera llevar a cabo la regeneración del mundo. Tras conseguirlo, los dos mundos de Sylvarant y Tethe’alla se unieron en uno sólo, el maná se estabilizó y dejaron de competir por él en épocas de progreso y declive de cada uno de ellos. Sin embargo, tras la unión de los dos mundos se han estado produciendo diversas catástrofes naturales y humanas.

Es hora de salvar el mundo de nuevo…

Así comienza la esperada secuela de Tales of Symphonia, juego que se lanzó en exclusiva para GameCube en 2004. En esta segunda parte tomas el papel de Emil, un chico tímido y cobarde que perdió a sus padres cuando Lloyd atacó la ciudad de Palmacosta. Pronto se le unirá Marta, una misteriosa chica que porta una extraña joya en su frente. Juntos, emprenderán un viaje para salvar al mundo de las catástrofes que se están sucediendo. Para ello deberán hacerse con los núcleos de los centuriones y despertar a Lord Ratatosk, el señor de los monstruos. Mientras, Emil buscará venganza persiguiendo a Lloyd Irving, que tras salvar el mundo se ha convertido en un despiadado asesino. ¿Por qué este cambio de Lloyd? ¿Quién es Lord Ratatosk? ¿Qué está produciendo los desastres en el nuevo mundo? ¿Qué busca la organización Vanguard, aparente enemiga de Emil y Marta?

La respuesta a todas estas preguntas se encuentran en este JRPG con todos los toques característicos de la saga Tales. La aventura llevará a los protagonistas a encontrarse con viejos amigos de la primera entrega, como Colette, Zelos o Sheena. Y sin duda, esto alegrará a los que jugaron al Tales of Symphonia original, ya que el nuevo esconde muchísimas referencias al primero. Pero veamos qué ofrece Dawn of the New World como juego.

En primer lugar cabe destacar el argumento, que continúa la historia donde lo dejó el juego original. Como éste, los temas de luchas políticas y religiosas, las relaciones entre personajes y los misterios están presentes, junto al argumento principal, que gira en torno a la nueva salvación del mundo. Sin embargo, toda la profundidad argumental que tenía el juego de GameCube no la tiene este, y algunos de los temas tratados podrían haber tenido más importancia. Aun así, aquellos que jugaron el primer Tales of Symphonia disfrutarán con cada detalle del argumento y situaciones que se viven en el juego.

La historia, que dura aproximadamente entre 30 y 40 horas, se va desarrollando en el gran mundo que ha quedado al unirse Sylvarant y Tethe’alla, pero se ha eliminado la posibilidad de desplazarse libremente por el mundo. Ahora simplemente eliges el destino y el personaje se dirige automáticamente hacia allí. Esto hace que se pierda la gran libertad que poseen este tipo de juegos, y de hecho Dawn of the New World es terriblemente lineal para ser un RPG, que es el punto más negativo del juego. Sin embargo, esto no afecta al hecho de encontrar batallas para subir de nivel a los protagonistas.

El punto central del juego son las mazmorras y las batallas. Las mazmorras son muy numerosas y muchas se han reciclado del primer Tales of Symphonia, cosa lógica teniendo en cuenta que el juego se desarrolla en el mismo mundo. Otras mazmorras son completamente nuevas, por supuesto. El caso es que aquellas que repiten contienen los mismos puzzles, por lo que para los que disfrutamos de la primera entrega, no supondrán ningún reto. Las mazmorras están repletas de monstruos con los que poder combatir. Las batallas son en tiempo real, al igual que en el juego original, pero ahora se puede mover a los personajes libremente por todo el terreno de batalla. Sin embargo, el control en las batallas (que es clásico, sin usar el sensor de movimiento, como casi durante todo el juego) es impreciso y las reacciones de los personajes son muy lentas. Además, aparte de humanos, en las batallas pueden participar monstruos.

Y aquí es donde el juego presenta la mayor novedad con respecto a su predecesor. Namco ha querido hacer de este Tales su propio Pokémon. Todos los monstruos a los que te enfrentas puedes capturarlos si durante la batalla consigues que los elementos utilizados en los ataques coincidan con el elemento principal de la batalla (un sistema realmente confuso y que no aporta nada al juego). Con los monstruos en tu poder, podrás incluirlos en la formación para las batallas, alimentarlos y así que suban sus estadísticas. Cuando los monstruos llegan a un determinado nivel, pueden evolucionar.

La inclusión de los monstruos quita encanto al toque original de la saga, pero afortunadamente su importancia en el juego depende de la importancia que le quiera dar el jugador. El uso de monstruos puede ser completamente anecdótico a partir de la tercera hora de juego, gracias a que se unen nuevos personajes al grupo y no es estrictamente necesario incluirlos en batallas. Por otro lado, si se desea pueden ser el eje principal del juego, tanto para las batallas como para coleccionarlos. Namco ha querido dejar esta polémica novedad al gusto de cada jugador.

Por lo demás, Dawn of the New World es como cualquier otro juego de rol, como cualquier otro Tales. Existen multitud de objetos (desde armas y equipamiento hasta materiales para sintetizar nuevos objetos, así como pociones). Los personajes y monstruos adquieren experiencia en las batallas y con ella aumentan su nivel, lo que les hace conseguir nuevos ataques y habilidades. Pero por otro lado, carece de misiones secundarias salvo por unas misiones ajenas a la historia que puedes realizar en el Gremio Gátoz. Lamentablemente, estas misiones se limitan a batallas únicas o recorrer una y otra vez las mismas mazmorras. Más que aumentar la diversión, son una forma repetitiva de no ofrecer prácticamente nada, ya que superándolas sólo obtienes objetos de lo más corriente.

Los aspectos técnicos los he dejado para el final porque hay más bien poco que comentar sobre ellos. Los gráficos mezcla de anime y dibujos animados son graciosos y cumplen, pero son gráficos de la generación pasada. Si bien es cierto que los personajes ahora tienen modelados 3D en lugar de ser simples “pegatinas” en movimiento, como ocurría en el Tales of Symphonia original. En cuanto al sonido, Dawn of the New World repite melodías sin apenas cambios y añade poca música que no tuviera su predecesor. Los efectos de sonido son incluso peores: los pasos sobre distintas superficies son totalmente artificiales y no están logrados, aunque en las batallas sí que mejoran estos efectos. Por otro lado están las voces, completamente en inglés (con subtítulos en castellano), pero con actores que repiten y otros que se adaptan a los personajes para
tener en cuenta los dos años que han pasado (los niños ya no son tan niños). Cabe destacar que prácticamente el 80% de las conversaciones del juego tienen voces.

En resumen, Tales of Symphonia Dawn of the New World es una  secuela decente del juego que disfrutamos en GameCube. Se trata de un regalo para los fans de la primera parte. Las novedades que incluye no acaban de ser acertadas, y por el contrario se han suprimido cosas muy importantes para un RPG, como la libertad. El juego es extremadamente lineal, contiene muchísimas conversaciones y la acción pasa a un discreto segundo plano, lo que puede llegar a aburrir. Todo comparado, obviamente, con otros RPG actuales y en concreto con la saga Tales. Sin embargo, el catálogo de Wii nos dice que estamos ante un juego que no debemos desaprovechar, y es una buena alternativa a New Super Mario Bros mientras esperamos el lanzamiento de los próximos triple A de Wii.


Valoración final:

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